domingo, 2 de marzo de 2025

Nido de Cuervos

Hace poco vi en Youtube un interesante programa sobre los psicópatas que campean en la obra de Shakespeare: Ricardo III, Macbeth, Lear y otros más. A lo mismo alude en "Nido de Cuervos", que también se sintoniza en Youtube, uno de sus protagonistas, experto en Shakespeare, que comenta con sus alumnos el drama de Macbeth, a quien la ambición termina destruyendo.

Esas referencias me hacen pensar en el que nos desgobierna, que en reciente entrevista para "El País" deja entrever el drama en que está envuelto. Su denodada lucha por el poder lo ha sumido en la infelicidad, sus ilusiones están ensombrecidas por los míseros resultados obtenidos y se siente solo en medio de una deplorable crisis familiar. Cree que muchos lo han engañado y a ello atribuye sus fracasos. Haber creído ingenuamente en otros dice que es la clave de su fracaso.

¿Es él un psicópata, como los referidos personajes shakesperianos, tal como lo creen no pocos? ¿Se trataría quizás de un poseso, según piensan los que se asustan con la expresión de su rostro y las viperinas manifestaciones que a menudo brotan de sus labios, como si fuesen espumarajos?

No dejo de pensar en ello, ahora que acabo de leer el impresionante libro del padre Amorth, el finado exorcista del Vaticano, "Mi Lucha contra Satanás"(Vid. https://libroscatolicosgratuitos.wordpress.com/wp-content/uploads/2019/09/16memoriasdeunexsorcista_gamorth.pdf).

Se advierte, en efecto, una fuerte presencia demoníaca en la Colombia de hoy. Corrupción, violencia, engaño, discordia, venganzas, rencores y, en fin, desafueros de toda índole que envenenan el ambiente colectivo.

El inquilino de la Casa de Nariño nada hace para sanearlo. Es un sujeto antipático, repelente y, como dicen en la costa, "maluco", que con sus graznidos en X más bien enturbia el ambiente político, como lo ha denunciado su exministro Gaviria, en lugar de sosegarlo.

En el Evangelio para la misa de hoy se lee: "El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón". (Lc. 39:45)).

La maledicencia campea hoy en la palabra gubernamental. Nada hay en ésta que invite a los colombianos a elevar sus corazones y unir sus propósitos en bien de la comunidad. El orden del día es azuzar la lucha de clases, movilizando a los inconformes para obtener por la fuerza lo que creen que por derecho les corresponde. 

Se espera que la funesta Primera Línea, que emula con las S.A. o Tropas de Asalto hitlerianas, vuelva a sus andadas para intimidar al Congreso y las altas Cortes a fin de que les den vía libre a las muy discutibles iniciativas gubernamentales que pretenden configurar el orto de la revolución que la alocada sesera de su gestor aspira a promover en nuestro país.

¿En qué consiste el cambio que predica? Ni más ni menos, en instaurar el comunismo en Colombia. Lo niega, se disfraza, engaña sin recato, pero, como dice su compinche Vendrell, con un par de tragos se desata y exhibe su talante anarquista.

El difunto Rodolfo Hernández dijo de él que tiende a rodearse con lo peor de lo peor. Quizás tenía razón, pues en sus nombramientos no convoca a lo mejor de Colombia. Más parece que acudiera a esos camiones recolectores de basura, que dejó abandonados en Bogotá cuando era su alcalde, para reunir sus huestes.

¡Oremos para que la Divina Providencia salve a Colombia!

viernes, 28 de febrero de 2025

La casa en orden

Al que le toque suceder en su cargo a quien hoy nos desgobierna le corresponderá afrontar el caos que recibirá por herencia. La mente caótica del actual inquilino de la Casa de Nariño sólo puede producir desorden, tal como puede apreciarse hoy en todas las esferas de la acción gubernamental y la vida pública.

Recuerdo que al presidente Valencia sus malquerientes le cobraban las referencias al programa de Anarkos, el célebre poema de su padre, el maestro Valencia, que ofrecía "una copa para todos llena",

El legado de nuestro profeta apocalíptico y líder intergaláctico será probablemente no sólo una copa vacía, sino tal vez una "copa rota", como la que menciona una canción que creo que todavía resuena en las cantinas.

¿Por dónde empezar? ¿Cuál debe ser el itinerario de las tareas a emprender?

El Código Civil presenta como modelo al buen padre de familia y éste sabe que lo primordial es sanear las finanzas públicas, pues tal como reza un conocido dogma de los hacendistas franceses, "gobernar es gastar".

Sufrimos la desgracia de un gobierno manirroto que hace malas cuentas de los ingresos y gasta sin ton ni son. Al próximo gobierno le corresponderá ser realista en el cálculo de los ingresos y prudente en los egresos.

Es cierto que las demandas de la población son descomunales, pero al electorado habrá que convencerlo de que será menester identificar prioridades en el gasto y tener paciencia para lo demás. Todos tendremos que apretarnos los cinturones, pues no podemos esperar que, como dice un pasaje del Antiguo Testamento, correrán entre nosotros "ríos de leche y miel" (Éxodo 3:8).

Encuestas recientes señalan que las comunidades claman hoy por la seguridad y se inquietan por la creciente presencia de grupos armados criminales en todo lo largo y ancho del país. Es prioritario, entonces, esmerarse en el restablecimiento del imperio de la ley, que es tan denostado por el exconvicto que funge como cabeza del ejecutivo, y su garantía por un eficiente aparato judicial y una fuerza pública bien dotada y robustecida. No sobra traer a colación otro dogma, esta vez de la institucionalidad británica, según el cual "toda la armada de Su Majestad está al servicio de los jueces". El presidente López Michelsen insistía en la necesidad de realzar el "binomio Corte Suprema-Fuerzas Armadas", que es uno de los pilares de la institucionalidad norteamericana.

La descocada política dizque de ¨paz total" que promueve el desgobierno actual ignora el papel que cumple dicho binomio en la preservación del orden público, que es presupuesto sine qua non de un orden justo. Como carece de toda formación jurídica, desconoce lo que decía Pascal, esto es, que "la fuerza sin el derecho es la arbitrariedad, pero el derecho sin la fuerza es la irrisión". Dedicarse a complacer a los perturbadores del orden público significa, simple y llanamente, desquiciar los fundamentos mismos de la organización estatal. Los pacificadores que a lo largo de años han impuesto sus criterios en nuestra vida pública han pavimentado el camino de nuevos grupos criminales que demandan los privilegios y bastante más de lo que se ha otorgado a otros. Cada fementido acuerdo de paz abre el espacio de nuevos frentes de subversión.

Pero al lado de la restauración del Estado de Derecho resulta imprescindible racionalizar su aspecto Social. Los comunistas que controlan hoy el gobierno creen que la función socioeconómica del Estado sólo se puede cumplir hipertrofiándolo a expensas de las libertades individuales, cuando lo que la experiencia demuestra es la necesidad de armonizar lo público con lo privado, tal como lo proclama el principio de subsidiariedad que es piedra fundamental de la Doctrina Social Católica: "Debe haber tanta libertad cuánta sea posible y tanta intervención estatal cuánta sea necesaria"

La Constitución es sabia cuando destaca las funciones sociales de la propiedad y la de la empresa, No las desconoce, sino que aspira a orientarlas en pro del bien común. Restablecer la armonía que esos comunistas han alterado debe ser tarea prioritaria de quienes lleguen al gobierno el 7 de agosto de 2026, Dios mediante.

Cuando Churchill asumió el cargo de Primer Ministro en Inglaterra en 1940 dijo que sólo podía ofrecerle al pueblo "sangre, sudor y lágrimas". Los que lleguen el año entrante sólo podrán ofrecer sacrificios enderezados, como digo, a poner orden en la casa. Orden que ha de pensarse en beneficio de todos, especialmente los más desvalidos.

La prensa menciona que hay varias decenas de aspirantes a ocupar la presidencia en el año entrante. A todos ellos hay que recordarles que el presidente Valencia consideraba que ese cargo es un "potro de tormentos" o, como acaba de quejarse el que hoy indignamente lo ocupa, una fuente de infelicidad.

viernes, 14 de febrero de 2025

Es un soplo la vida

En el atardecer de la existencia se experimenta, por una parte, la severa gravitación del pasado con un torrente de recuerdos buenos y malos que suelen acometernos sobre todo en altas horas de la madrugada, alterándonos el sueño, y por la otra, el estrechamiento del horizonte vital, que nos hace presentes la inminencia de lo que Julián Marías llamaba las ultimidades y la hora del tránsito final, que unos creen que nos lleva hacia la nada y otros pensamos que nos conduce hacia la eternidad.

"Murmullos" es un tangazo de autores uruguayos que Gardel interpretó con su habitual maestría (vid. MURMULLOS - Carlos Gardel - LETRAS.COM). Esos murmullos son voces que vienen del pasado. Traen consigo el viento del recuerdo que sacude el ombú de la existencia. En ocasiones, al oírlos, el cielo claro de los ojos queda tapado de cerrazón. Es la voz de la conciencia que apunta con su dedo acusador y nos reclama por todo aquello en lo que hemos fallado de palabra, obra y omisión. Homero Manzi lo señala con rigor cuando dice en "De Barro": "Estoy mirando mi vida en el cristal de un charquito y pasan mientras medito las horas perdidas, los sueños marchitos..." ((3) ANÍBAL TROILO & FRANCISCO FIORENTINO: DE BARRO (TANGO CON LETRA DETALLADA) - YouTube).

En "Lessons from the light", Kenneth Ring Ph.D. escribe sobre sus investigaciones en torno de las experiencias cercanas a la muerte, fenómeno ya muy documentado a partir del famoso libro "Vida después de la vida", de Raymond Moody. Los que han pasado por ese trance suelen mencionar el repaso de la vida que ocurre por la mente como una película no siempre amable. Un taxista me contó que a raíz de un accidente en motocicleta tuvo esa experiencia. Sintió que salía del cuerpo e iba a dar a un teatro vacío en el que presenció aterrado todo su transcurso vital, hasta que de pronto algo lo sacó de ahí para regresarlo a su normalidad. Vid. Amazon.com: Lessons from the Light: What We Can Learn from the NearDeath Experience: 9781930491113: Kenneth Ring, Evelyn Elsaesser Valarino, Caroline Myss: BooksDownload Vida después de la Vida by Raymond A. Moody).

Una de las consecuencias de ese fenómeno es el cambio de vida que se produce en los que lo experimentan. 

A mi avanzada edad el tema del tránsito es crucial. Digamos que hay cuatro respuestas posibles a esta grave inquietud:

-La primera es la de quienes piensan, como Héctor Abad Faciolince en "El olvido que seremos", que de nosotros sólo queda el recuerdo que poco a poco se va desvaneciendo hasta sumirse en el olvido. Nuestro destino final es la nada. 

-La segunda es la de quienes no afirman ni niegan la existencia ultraterrena y viven como si no les importara. ¨Sólo contamos a ciencia cierta con esta vida, así que gocémosla sin preocuparnos por lo que vendrá después".

-La tercera obedece a cierta tendencia que se alimenta de las enseñanzas de Elisabeth Kübler-Ross en su famoso libro "La muerte es un amanecer" (vid. Elisabeth Kubler Ross - La Muerte Un Amanecer). Según lo que ahí se expone, el tránsito es hacia mejor vida. Hay abundante literatura, más o menos de inspiración espiritista, que describe el más allá en términos muy favorables que niegan que haya demonios, infierno y en general penalidades agobiadoras. A lo sumo, reconocen que habrá que hacer examen de conciencia y aprender de los errores cometidos, para así gozar de la bienaventuranza.

-La cuarta es la que enseñan los Evangelios. Recuerdo a propósito de ello que a López Michelsen le preguntaron alguna vez por sus lecturas filosóficas y respondió que él las limitaba a los Evangelios, pues según su punto de vista "ahí está todo". Y los Evangelios son contundentes acerca de lo que nos espera después del tránsito hacia la eternidad. Nos trazan el camino que hacia Dios nos conduce y nos alertan acerca de lo que de Él nos aleja. En mi oración cotidiana ruego la gracia de perseverar en el primero y de no extraviarme por los andurriales del segundo. Ya los he transitado y no quisiera volver a ellos. Soy, como lo ilustra un pasaje evangélico, "un operario de la última hora".

Por experiencia personal, mis contactos con los médiums enseñan algo muy diferente de lo que algunos difunden con mal orientado optimismo. En la manifestación de un allegado muy querido le pregunté si veía a Dios y me respondió que él había sido malo y experimentaba mucho sufrimiento. Agregó que a su lado pasaban almas que se referían a algo muy luminoso y feliz en otras esferas, mas no en la suya. Otro me dijo que al principio las cosas habían sido muy duras, pues tuvo que arrepentirse de todo lo malo que había hecho, pero luego fue ascendiendo hacia un estado de paz que nosotros no alcanzamos a captar. Me aclaró que no gozaba de la visión beatífica, pero sí de los resplandores de la Divinidad. Otro más me llegó llorando y pidiendo perdón por todo lo que había perjudicado a los demás. Me contó que lo asesinaron en la cárcel porque fue uno de los primeros que se metieron en el narcotráfico. A una conocida mía le llegó su finado esposo rogándole de rodillas que lo perdonara, sin decir nada más.

A los que niegan la existencia de demonios y de infierno, si no creen en los Evangelios, les sugiero que se ocupen de las experiencias de los exorcistas o de lo que relata en su Diario santa Faustina Kowalska. Es uno de los libros más impactantes que he leído (vid. DIARIO COMPLETO SANTA FAUSTINA KOWALSKA). Su mensaje no sólo revela la existencia del Infierno, que les fue dada además a los videntes de Fátima, sino la infinita misericordia de Dios para con los extravíos y las debilidades humanas. El perdón está al alcance de quienes lo pidan de todo corazón. Pero el rechazo a Dios trae consigo la muerte del alma.


sábado, 8 de febrero de 2025

Cosa de locos

Nunca antes en la atareada historia de Colombia se había visto un espectáculo de desgobierno como el que nos ofreció en esta semana el Consejo de Ministros que, desafiando expresa prohibición legal, se transmitió por televisión.

No cabe duda de que quien funge como presidente de nuestro país exhibe severos trastornos de personalidad que a todas luces lo hacen indigno de ocupar su elevado cargo y objeto probable de una incapacidad física permanente, temas de los que debería ocuparse, por una parte, el congreso en pleno y, y por otra, el senado.

La indignidad constituye causal de destitución; la incapacidad física permanente autoriza al senado para declarar vacante el cargo.

Hay remedios institucionales para superar esta crisis que hunde sus raíces en la mente desequilibrada del actual inquilino de la Casa de Nariño, que toma decisiones improvisadas sin ton ni son, que no miden sus nocivas consecuencias para la sociedad cuyo gobierno tiene a cargo.

Vaya uno a saber en qué condiciones decidió en medio de una "agenda privada" crear un delicadísimo conflicto con los Estados Unidos, sin contar, como lo ordena la Constitución Política, con el entonces ministro de Relaciones Exteriores, que tuvo que salir a las volandas, junto con otros altos funcionarios, a desfacer tamaño entuerto. Las flores que hoy dice la prensa que se están exportando para el Día de San Valentín estarían pudriéndose en nuestras bodegas si no hubiera sido por la patriótica y oportuna gestión de ellos, pese a la rabieta de su jefe.

Para nadie es un secreto que el incremento de los cultivos de coca, la consiguiente producción de cocaína y su tremenda presencia en los mercados internacionales constituyen un vergonzoso baldón para Colombia. no obstante los compromisos que le impone la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, a cuyo texto remito a continuación: CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA EL TRAFICO ILICITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTROPICAS 1988.

Sería bueno que nueva Canciller leyera su texto para darse cuenta del desafío que a la comunidad internacional viene lanzándole su desatinado jefe cuando sostiene que la cocaína es menos nociva que el whisky y debería legalizarse su consumo. Algo peor dijo ante la propia ONU hace algún tiempo, cuando manifestó que el petróleo y el carbón son peores que la cocaína. 

Las ideas obsesivas son tema de tratamiento psiquiátrico y no cabe duda de que quien nos desgobierna obedece a su impulso. Hay una aparente racionalidad en su formulación, pero si bien se las mira fácilmente se aprehende su raíz patológica. Que la vida sobre la tierra está en peligro y que el cambio climático la pone en riesgo, nadie lo pone en duda. Pero hay aproximaciones racionales al estudio de los problemas que ahí se plantean. No es así como obra él, sino de un modo vecino de la histeria.

Si dejamos de producir petróleo, carbón y gas, quedaremos dependiendo para satisfacer nuestras necesidades energéticas del pésimo vecino que es Venezuela y tendremos que prescindir de lo que nos reporta mayores ingresos de divisas. ¿Es ello racional?

Remito a lo que los psiquiatras puedan opinar acerca de las incoherencias, los desatinos y delirios de sus discursos. como los que prometen tren elevado que conecte a Buenaventura con Barranquilla, o el tren bala que lleve turistas a la Guajira, por no mencionar el que se le ocurrió para conectar a Villavicencio con la costa atlántica.

Su versión distorsionada de la historia patria y su prurito de llamar nazis a todos los que discrepan de sus dogmas dan pie para dudar de su equilibrio mental.

Se rasga las vestiduras hablando de dignidad para censurar el trato que el gobierno de los Estados Unidos les aplica a los transgresores de las leyes sobre inmigración. Habla, como si fuese discípulo de Kant, de que las personas no tienen precio ni son mercancías, olvidando que cuando hacía parte del M-19 los secuestrados y los extorsionados a los que les infligía sufrimientos infames precisamente eran objeto de un tráfico a todas luces inhumano. Acusa a Trump de seguir el ejemplo de Hitler, que trasladaba judíos en trenes a los campos de concentración, ignorando que fue su ídolo, Stalin, el que inventó ese procedimiento de trasladar poblaciones enteras hacinadas como ganados en vagones ferroviarios para trasladarlas desde Ucrania y después desde los países bálticos hacia los gulags siberianos.

Siento verdadero tedio al referirme a tan funesto personaje, pero creo que es un deber ciudadano acusarlo ante el tribunal de la opinión para que ésta reaccione y determine un cambio de rumbo que sea positivo para Colombia.


martes, 28 de enero de 2025

Un deber ineludible

Habida consideración de que la mente controla el cuerpo, al Senado le corresponde dilucidar si los desequilibrios mentales que exhibe el que nos desgobierna podrían ser determinantes de una incapacidad física permanente que le impida permanecer en el cargo, según lo dispuesto por el artículo 194 de la Constitución.

Son de conocimiento público los conceptos de psiquiatras acreditados que aluden a rasgos psicóticos que evidencia el comportamiento del actual inquilino de la Casa de Nariño.

Para la muestra, los graznidos descocados que emitió el reciente domingo y la desvergüenza con que los defendió ayer lunes, lo que da muestra de una alarmante atonía moral.

En otras ocasiones me he referido a que es un individuo que frecuentemente incurre en actos que en un país decente podrían considerarse como constitutivos de indignidad por mala conducta en el ejercicio del cargo que ostenta, lo cual, según el artículo 175-2 de la Constitución Política, podría dar pie para su destitución.

Al Congreso, según el artículo 114 de la Constitución Política le compete ejercer control político sobre el Gobierno y la administración. Por consiguiente, el mal comportamiento del titular del Poder Ejecutivo debería ser asunto de interés prevalente de parte de los congresistas, que son los llamados en primer término a controlarlo.

Un principio básico de nuestra ordenación política es el del gobierno controlado y responsable. 

Me permito hacer al respecto algunas consideraciones sobre el modus operandi del gobierno vía X, antes Twitter, que nuestro gárrulo mandatario ha dado en ejercer sin tino ni medida.

Un principio fundamental del Derecho Público consagra el formalismo tanto en la acción gubernamental como en la administrativa. Ese formalismo indica que las decisiones en dichas esferas ante todo consten por escrito que debe ceñirse a cierto rigor, trátese bien sea de decretos, resoluciones órdenes, instrucciones, conceptos, etc., que es menester que vengan respaldados por las firmas de quienes los emiten.

El artículo 115 de la Constitución Política ordena, como regla general, que los actos presidenciales sólo tendrán valor y fuerza cuando sean suscritos y comunicados por el ministro del ramo respectivo o el director del departamento administrativo correspondiente, quienes por el mismo hecho se hacen responsables.

El titular del poder ejecutivo sólo puede obrar sin dicha exigencia cuando se trate del nombramiento o la remoción de ministros o o directores de departamentos administrativos, o de actos que expida en calidad de Jefe del Estado o de suprema autoridad administrativa.

Bien se ve que ello es excepcional y debe interpretarse de modo restrictivo.

Sería interesante que el Consejo de Estado examinase si la orden dada vía X para impedir el aterrizaje de aviones que transportaban nacionales colombianos que venían de regreso al país podía impartirse por fuera de toda formalidad y sin suscribirse y comunicarse por el ministro o director de departamento administrativo competente para ello.

La dialéctica que invoca el que nos desgobierna para actuar por medio de su teléfono celular no sólo revela ignorancia supina de ese recurso filosófico, sino de la normatividad que lo rige. Al fin y al cabo, poco cabe esperar de quien se formó precisamente desafiando el ordenamiento fundamental del país y se declara libertario contumaz.

No sobra observar que toda manifestación de voluntad, sea gubernamental o meramente administrativa, implica precisamente que se trate de voluntad libre de vicios y reflexiva. Debe, por consiguiente, examinarse si la orden de marras se expidió en estado de lucidez o, por el contrario, según se cree, en medio de un clima emocional dominado por la ingesta de alcohol o sustancias psicoactivas.

Los efectos, afortunadamente conjurados, de tamaño despropósito podrían haber sido catastróficos para el país si no hubieran sido objeto de atenta consideración de parte de funcionarios que merecen aplauso por la diligencia y el tino con que procedieron a enmendar el despiporre que en mala ora suscitó su superior.

Conviene agregar que las relaciones internacionales se desarrollan en medio de protocolos estrictos establecidos bien sea por la práctica o los tratados. El graznido con que el guache que nos desgobierna se dirigió al presidente Trump a las cuatro de la tarde del domingo pasado es de una ordinariez y tontería que para nada mejora nuestra imagen ante el mundo civilizado. Ha hecho bien el gobierno norteamericano en ignorarlo, pero es seguro que no lo olvidará.


   

sábado, 4 de enero de 2025

Alerta, colombianos

Las limitaciones físicas que me impone la avanzada edad dificultan mi asistencia cotidiana a la iglesia, motivo por el cual ya sigo la celebración de la misa a través de la transmisión televisiva de Magnificat TV, la estación de los Franciscanos de María, bien sea desde Roma o desde Madrid.

Los padres Santiago y Javier Martín suelen pedir en las eucaristías por las víctimas de las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela, países cuyos gobernantes han convertido en verdaderos infiernos.

Cuba, que es objeto de veneración del que nos desgobierna, sufre toda clase de padecimientos bajo la opresión de una minoría despiadada y rapaz. Aunque allá se dice que se garantiza la libertad religiosa, de hecho el régimen promueve el ateísmo y maltrata a los creyentes. Hace poco leí las declaraciones de un sacerdote católico que contaba que en su juventud le negaron el acceso a la universidad porque ésta sólo se reservaba a los revolucionarios. La opresión policial es la regla, sobre todo ahora que todo escasea en esa isla prisión.

Nicaragua está sometida al yugo de una pareja demoníaca. Es de público conocimiento que la brujería hace su agosto en ese desafortunado país. Su gobierno ha desatado una feroz persecución contra la Iglesia católica, pese a que fueron los jesuitas de la Teología de la Liberación los promotores de la revolución sandinista, según lo demuestra Ricardo de la Cierva en su importante libro "Las Puertas del Infierno", que trata sobre los ataques que en los últimos siglos ha sufrido la Iglesia y cómo ésta ha logrado defenderse.

El caso de Venezuela es atroz. Hace poco escribí sobre el régimen mafioso que impera en la Rusia de Putin. Nuestra nación vecina no se queda atrás. También una pandilla asesina y ladrona se ha enseñoreado allá, en donde ha desaparecido todo vestigio de Estado de Derecho y lo que impera es una despiadada arbitrariedad. Estamos a pocos días de saber si ese bravo pueblo podrá recuperar su libertad o continuará sometido a la ominosa tiranía de Maduro y sus copartícipes.

Nuestra región no ha madurado en lo que concierne a la política. Hace algo más de setenta años, cuando llegué al uso de razón, casi toda estaba dominada por dictadores que fueron cayendo uno tras otro en lo que se pensaba que venía en camino una primavera democrática. No ocurrió así. La violencia comunista suscitó reacciones dictatoriales en Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y otros países.

Un gran libro de Germán Arciniegas que se reeditó hace poco, "Entre la Libertad y el Miedo", describe el drama de la democracia liberal en Nuestra América en la primera mitad del siglo pasado. Hoy recupera su actualidad, sobre todo cuando se consideran los citados casos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. 

Nosotros padecemos hoy el desgobierno de un comunista recalcitrante y taimado que deplora la caída del muro de Berlín, le rinde culto a Mao Zedong y acaba de hacer el elogio de Castro. Fue asesor de Chávez y es in péctore correligionario de Maduro y sus matones, pero no se atreve a hacerse presente en el lastimoso evento de la posesión que proyecta para el próximo 10 de enero. Allá estará, sin embargo, su embajador, salvo que las circunstancias lo impidan.

No cabe duda del talante despótico del actual inquilino de la Casa de Nariño. Hará todo lo posible para permanecer ahí, aunque sea en cuerpo ajeno. Nos esperan momentos muy difíciles y es necesario que todos los que descreemos de las promesas del comunismo nos pongamos de acuerdo para hacerle frente a tamaña amenaza. No hay que prestar oídos sordos a los llamados que se vienen haciendo para salvar a nuestra patria, que hoy está en tan malas manos.

Hay que unir nuestras oraciones a las de las Franciscanos de María para que la Providencia obre liberándonos de caer en lo mismo de Cuba, Nicaragua y Venezuela.


lunes, 23 de diciembre de 2024

Dios a la vista

 Así titula un escrito de José Ortega y Gasset en el que posa su mirada más allá de la filosofía de la inmanencia que proclamó en "El Tema de Nuestro Tiempo" y vislumbra el mundo trascendente de que se ocupa la metafísica tradicional.

Ese mundo trascendente es el del ser eterno, que Edith Stein contrapone al ser finito, o el ser necesario que funda al ser contingente, asunto del que se trata con admirable lucidez Claude Tresmontant en "Cómo se plantea hoy el tema de la existencia de Dios".

Dado que la ciencia actual asume que el universo físico tuvo comienzo y tendrá fin, el suyo no puede considerarse como ser eterno y necesario. Éste, indudablemente, está más allá y condiciona el origen y el destino de aquél. La razón última no ubica en el mundo tangible, sino en la esfera de la trascendencia.

No obstante, para cierto pensamiento místico ese ser necesario y eterno es un Deus Absconditus, que se oculta y es, por ende, incognoscible.

La metafísica bíblica lo ve de otra manera. Siente su presencia y reconoce su acción sobre el mundo. El profeta Isaías lo anuncia: "He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel" (Isaías 7:14). Ese nombre significa Dios con nosotros (Mt. 1:23).

Pues bien, eso es lo que celebramos con efusión en estas fiestas navideñas: la llegada del Niño Dios, cuya enseñanza, en su madurez, nos da a conocer la verdad que nos hace libres y nos traza el camino de la bienaventuranza eterna. 

Lo anuncia el ángel a los pastores, según el relato de San Lucas: "No tengan miedo, pues yo vengo a  comunicarles una gran noticia, que será motivo de alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre" (Lc. 2, 10-12).

Agrega el Evangelista que acto seguido hubo una manifestación de seres celestiales que entonaron este canto de alabanza al Creador: "Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: esta es la hora de su gracia" (Lc. 2, 14).

Nuestras creencias cristianas remiten a cuestiones profundas que desafían el sentido común, la racionalidad ordinaria, que se mueve, como reza un interesante libro de Jean Guitton, entre el absurdo y el misterio. Se apoyan, es cierto, en la fe, pero ésta no es arbitraria, pues se nutre de razones y de hechos plausibles, el principal de ellos, la existencia histórica de Jesús de Nazareth, que culmina con su muerte, su resurrección y su ascensión al Cielo, desde dónde vino. Lo que proclama san Pablo, un testigo de excepción, es decisivo: "Si Cristo no ha resucitado, vana es vuestra fe" (https://www.bibliadenavarra.com/2019/02/si-cristo-no-ha-resucitado-vana-es.html). Ese hecho histórico sustenta toda nuestra creencia.

El coro angelical que acompaña a la navidad entona una promesa de paz, que está en el núcleo de los Evangelios y es tema de las últimas manifestaciones del Resucitado a sus discípulos: "Paz a ustedes" (Mt. 28:9; Lc. 24:36).

La paz que se anuncia no consiste en la claudicación ante los violentos que promueve la "paz total" del que nos desgobierna, sino en un estado de armonía que fluye del ánimo de las personas, primero en su fuero íntimo, y luego en su vida de relación, hasta proyectarse en el escenario colectivo. Es la paz que trae consigo la presencia del Reino de Dios, que "está en medio de ustedes" (Lc. 17.21).

Cuando en el Padrenuestro rezamos "venga a nosotros tu reino", pedimos ante todo su presencia en nuestro interior, que trae consigo la serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, el valor para cambiar las que podemos y la sabiduría para reconocer la diferencia, tal como dice la preciosísima Oración de la Serenidad, quizás la segunda más recitada después del Padrenuestro.

Desde luego que es una paz inconcebible para mentes trastornadas y calenturientas en las que bullen los rencores, los resentimientos, las envidias y todos aquellos defectos de carácter que nos llenan de desasosiego. 

Es lástima que ahora que celebramos la presencia de Dios entre nosotros al festejar la natividad de su Hijo, el que nos desgobierna haya prescindido de mencionarlo al darle posesión al nuevo procurador general, al que juramentó ante el pueblo de Colombia y no ante Dios. Si la Constitución en su artículo 192 ordena que el presidente tome posesión diciendo "Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia", parece que todo funcionario deba someterse a la misma fórmula. Pero el actual inquilino de la Casa de Nariño parece que aspira a desalojar a Dios del espíritu público.

Feliz Navidad y venturoso año venidero es mi deseo ferviente para todos mis apreciados lectores.